Día internacional del autismo
Escrito por: Odette Valente
El dormitorio de un niño autista debe ser pensado tomando en cuenta muchos factores.
Uno de ellos es el color.
Colores claros
Los colores claros imperan a la hora de decorar su habitación. El blanco es el mejor, o los tonos pastel muy claros.
Los colores fuertes excitan por lo que quedan totalmente descartados como opción. Podemos ver cuál es el color favorito de tu pequeño, con el que se siente más identificado, y escoger tonalidades suaves para pintar las paredes de su cuarto o para decorar.
Otro de los factores es que el ambiente sea funcional
Decoración sencilla y práctica
El elegir la decoración lo más sencilla posible nos facilita que nuestro hijo se pueda ir a la cama relajado evitando el estrés que generan los ambientes recargados.
Planifica su lugar de descanso con muebles sencillos, útiles que te permitan tener todo lo más recogido posible. Por ejemplo, estanterías con puertas, cajones cerrados, y así no quedarán demasiados objetos a la vista que puedan distraer a los niños en el momento de ir a la cama.
Uno de los factores muy importantes es el tema de la seguridad.
Ambiente seguro
Sea cuál sea el nivel de autismo, la habitación del niño debe buscar siempre la seguridad del pequeño a riesgos innecesarios.
Procura que los muebles no tengan bordes puntiagudos con los que se pueda hacer daño. Evitar escaleras, trenes, literas, herrajes filosos…
Cubre bien los enchufes, asegura los muebles a la pared, mantén las puertas y cajones cerrados con seguridad, y evita cualquier punto que pueda ser un riesgo para el niño.
Otro de los enumerados es el orden
Ambiente ordenado
Los niños pequeños se sienten mejor en un dormitorio que tenga todo completamente ordenado, que sea accesible, pero sin riesgos. Manteniendo siempre el orden en la habitación, el niño estará más seguro y tranquilo, y la disfrutará mucho más. Una mesa de estudio en redondo siempre tendrá menos riesgos al tropezarse.
Los armarios enteros son perfectos para lograr bastante espacio de almacenaje y colocándoles texturas suaves y claras dan la sensación de suavidad y claridad que tanto necesitan. Luego las perchas de forma redonda no permiten ningún riesgo y resultan hasta divertidas.
Tenemos que idear los dormitorios juveniles pensando en las personitas que van a vivir allí y qué debemos colocar para facilitarles el día a día, con las particularidades de cada una de ellas.
Un punto importante es la luz
Ambiente iluminado regulado
Para un niño autista, demasiada luz es un estímulo que le molesta más que a cualquier otro niño. Debido a estas características especiales tienen más probabilidades de descansar mejor si logramos bloquear toda la luz durante el sueño, una cortina gruesa o un enrollable tipo black out hará el efecto.
Este tipo de cortina cubre por completo sin dejar pasar claridad mientras el niño duerme.
Pero si necesitamos algo de luz lo ideal es que coloquemos la lámpara dimmable que te permite regular la cantidad de luz que necesitamos para desenvolvernos en la habitación cuando el niño no esté durmiendo.
La luz tenue es perfecta para moverse en la habitación de noche sin tropezar, pero no llega a estimular demasiado al niño, despertándole por completo. Es muy útil para usar con bebés, pero también muy recomendada para la habitación de un niño autista. Las típicas lámparas que van cambiando de color, y que emiten una luz muy leve, son perfectas para un momento de relajación antes de ir a dormir.
Al final a todos nos sentarían bien los dormitorios relajantes, de luz tenue graduables porque su fin es el de proporcionarnos un buen descanso y para lograrlo al 100% está nuestra línea de colchones y almohadas Pikolín, lo mejor en tecnología del descanso.